Bacalao por Miguel Rodriguez Casellas para el Nuevo Día
“Hace calor, y aun así la multitud ignora la sed (de justicia) por culpa del hambre que irrumpe junto al ruido del crujiente manjar deshaciéndose en boca ajena. Luego llega el olor, que persiste hasta enganchar el ojo al oro que flota en la piscina de aceite hirviente.”